Del rendimiento a la creación de hábitos saludables.
Para que nuestros alumnos participen más en las clases de E.F., y por consiguiente puedan mejorar su condición física y salud, deberíamos empezar por cambiar nuestra mentalidad.
Sigue habiendo docentes que ven la E.F. sólo como una herramienta para mejorar el rendimiento; motivando esto un rechazo significativo por una parte importante del alumnado.
El objetivo de la E.F. debe ser el crear en el alumno un hábito que perdure en el tiempo y que derive en una necesidad vital en su día a día; y para ello debemos respetar sus tiempos y formas.
Para el alumno actual el rendimiento no es un objetivo prioritario; por lo que el intentar planificar sesiones con este fin no van a dar el fruto deseado.
Debemos planificar sesiones donde el alumno se divierta, y donde no se vea forzado u obligado a tener que cumplir con un alto nivel de exigencia que para nada comparte.
Cambiar la percepción que tiene el alumno de las clases de E.F., es la única opción que tenemos los docentes de mejorar su nivel de participación en clase y la mejora de su condición física y salud.