Cuando hablamos de preparación física en los deportes de equipo, suelen aparecer argumentos a favor y argumentos en contra.
Hay profesionales que defienden la preparación física; y hay otros profesionales que consideran que la preparación física no es necesaria, considerando que las exigencias propias del deporte son suficientes.
Si atendemos a los diferentes estudios llevados a cabo en torno a la preparación física, estos estudios consideran que la preparación física es algo esencial puesto que se optimiza el rendimiento de los jugadores; se previenen las lesiones; se mejora la cohesión y táctica del equipo; y se desarrollan las capacidades psicológicas de los jugadores.
No obstante, para que la preparación física en deportes de equipo sea efectiva, y se consignan las mejoras expuestas, se deben tener en cuenta una serie de particularidades y exigencias propias de este tipo de deportes; es decir, se tienen que tener en cuenta sus características esenciales que recojan las complejas relaciones entre los jugadores de un mismo equipo y los del equipo contrario.
– Entrenamiento específico para cada rol o posición de juego.
Dentro de un equipo cada jugador puede tener un rol diferente que requiere de capacidades físicas específicas; por ejemplo, un defensor necesitará más fuerza y resistencia que un delantero que va a requerir más velocidad y agilidad.
– Entrenamiento de capacidades combinadas.
A diferencia de los deportes individuales, donde suele predominar una capacidad específica (como puede ser la resistencia en atletismo), los deportes de equipo requieren de fuerza, velocidad y resistencia en proporciones diferentes según el momento de juego.
– Entrenamiento técnico y táctico integrado.
La preparación física no puede ser un ente independiente.
En los deportes de equipo se dan habilidades complejas, que van a requerir de la integración del componente físico-técnico y táctico, para la adecuada preparación de los jugadores.
– Entrenamiento en función del momento de la temporada en la que se encuentre el equipo.
No se debe trabajar lo mismo en pretemporada, donde el enfoque suele estar en el desarrollo de la resistencia y la fuerza general; que en temporada competitiva donde se priorizan la velocidad o la recuperación de los jugadores.
– Entrenamiento para recuperar y prevenir.
La carga de trabajo en los deportes de equipo es alta, y la recuperación se vuelve clave. Además, la prevención activa, como el fortalecimiento de zonas vulnerables (por ejemplo, el core), ayuda a mantener la integridad física del jugador a lo largo de la temporada.
En definitiva, la preparación física en los deportes de equipo es esencial para garantizar un rendimiento óptimo y prolongado a lo largo de la temporada.
Un plan bien estructurado y específico para cada deporte y posición de juego es clave para que el equipo logre sus objetivos y mantenga un buen nivel competitivo.
