El movimiento como herramienta terapéutica.

― Salud (Capítulo 5) ―

El problema de la obesidad.

El movimiento como herramienta terapéutica, debe considerarse un aspecto clave en la prevención y tratamiento de la obesidad.

Debemos comprender que la obesidad está relacionada con factores biológicos, psicológicos y ambientales; y el movimiento puede mejorar dichos factores al contribuir a  la reducción de peso, a la mejora de la salud mental, así como a la mejora del bienestar general y la calidad de vida.

El papel del movimiento en el tratamiento de la obesidad está relacionado con:

-Quema de calorías:

El movimiento va a aumentar el gasto energético, creando un déficit calórico que ayuda a reducir el peso corporal. Además, ayuda a regular el metabolismo y a mejorar la eficiencia en la quema de grasas.

-Mejora de la composición corporal:

El movimiento ayuda a aumentar y a mantener la masa muscular. Esto es importante porque el músculo consume más energía que la grasa. De esta manera, el movimiento puede contribuir a una composición corporal más saludable.

-Regulación del apetito:

El movimiento afecta a las hormonas que controlan el hambre y la saciedad, como la leptina y la grelina, ayudando a algunas personas a manejar mejor su ingesta calórica. Esto puede ser útil en el contexto de la obesidad, donde a menudo se observan desequilibrios hormonales que afectan la percepción del hambre.

-Reducción del estrés y mejora del bienestar emocional:

La obesidad puede estar vinculada a la ansiedad, la depresión y otros trastornos emocionales. El movimiento estimula la liberación de endorfinas y otros neurotransmisores que ayudan a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.

-Mejora del sistema cardiovascular:

El movimiento (caminar, correr, nadar, bailar) mejora la salud del corazón y la capacidad pulmonar. Esto es especialmente importante para las personas con obesidad, quienes tienden a tener mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a la acumulación de grasa en el cuerpo y al aumento de la presión arterial.

Como puede verse, el papel del movimiento es clave en el tratamiento de la obesidad; pero la adherencia a dicho movimiento es uno de los desafíos importantes que nos encontramos con las personas que tienen obesidad.

Las personas que tienen obesidad suelen tener dificultad para mantener un programa de ejercicio físico debido a barreras como la falta de tiempo, problemas de autoestima, falta de apoyo social,…

Esta falta de adherencia podría mejorar si se fijan unas pautas concretas.

Estas pautas podrían centrarse en establecer unas metas alcanzables; incluir ejercicios que generen placer en la persona; o en crear una red de apoyo que ofrezca motivación.

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